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5 cambios que puedes hacer hoy mismo para romper con tu comportamiento tóxico

ONU Mujeres enlistó pequeños cambios personales que, al practicarse todos los días, crean grandes cambios en una sociedad igualitaria y pacífica

Por Oscar Balderas

Cada día es una oportunidad para cerrar la brecha de desigualdad que hay mujeres y hombres. A veces, existe la posibilidad de hacer grandes acciones; a veces, pequeñas, pero significativas. Lo que sí se puede hacer, todos los días, son cambios personales que impactan en las vidas de otros: desde las palabras que usamos en el trabajo hasta la manera en que nos comportamos con extraños.

ONU Mujeres identificó 5 cambios que hombres y mujeres podemos adoptar, desde ahora, para cambiar nuestro comportamiento tóxico y vivir en una sociedad con igualdad y respeto.

1. Reta a los estereotipos.

Cambia lo que sabes de las etiquetas. La estrella de futbol Marta Vieira da Silva tenía solo siete años cuando le dijeron que el soccer no era para las niñas. En su comunidad, como en muchas partes del mundo, los deportes son un territorio dominado por hombres, lo que excluye a mujeres y niñas.

Un estudio de la Universidad de Illinois, Chicago, encontró que a los seis años, las niñas dejan de describirse como «brillantes» y a participar menos en actividades catalogadas como «muy, muy inteligentes», en comparación con los niños. Al combatir esos anticuados estereotipos, las barreras se rompen y las niñas pueden demostrar que son capaces de hacer todo.

2. Ten «esa» conversación.

Las palabras importan. El lenguaje tiene el poder de perpetuar o romper estereotipos. Usar palabras como «seres humanos» en lugar de «hombres» para hablar del género humano, por ejemplo, pone a las mujeres y hombres en un plano igualitario.

Cuando la Declaración Universal de los Derechos Humanos fue planeada en 1948, el artículo 1 decía que «todos los hombres nacen libres e iguales ante la ley». Pero Hansa Mehta, una de las dos únicas mujeres delegadas en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU —en aquel tiempo— peleó para que en la redacción se sustituyera la palabra «hombre» por «seres humanos».

3. Expulsa a la masculinidad tóxica.

Cuestiona todo. Los roles de género no están metidos en nuestro ADN, sino que son construcciones sociales e históricas. Lo que significa ser niño o niña, mujer u hombre, o una persona trans, son actitudes, percepciones y comportamientos aprendidos. Y no solo afecta a las mujeres, sino que pone una tremenda presión en hombres y niños para comportarse de acuerdo a roles específicos que los restringen y los angustia.

Dejemos esas viejas ideas de que «los niños no lloran» o que actuar agresivo es actuar como un hombre. Rechacemos una definición binaria del género y celebremos el derecho de cada persona a vivir como quieran con un amplio rango de emociones, sueños y habilidades.

4. Comparte las tareas.

La equidad de género empieza en casa. Cocinar, lavar, ayudar a los niños con la tarea, cuidar a las niñas en sus tiempo de ocio, es una tarea compartida y que, hasta ahora, ha recaído desproporcionadamente en las mujeres.

Si compartes una casa o una vida con alguien, comparte el trabajo doméstico en partes iguales. Lavar los platos o asear los baños no es «ayudar a tu pareja». Es hacer tus obligaciones.

5. Se intolerante con la intolerancia

El amor es amor. La libertad de ser quien eres y amar a quien elijas es un derecho humano fundamental. Alrededor del mundo, personas de diversa sexualidad, orientación sexual e identidad de género siguen enfrentando discriminación, crímenes de odio y actos de violencia.

Al enfrentarte a la homofobia, la transfobia y la bifobia, puedes contribuir a hacer una sociedad más pacífica e inclusiva. La diversidad es una fortaleza, no una amenaza.

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