De qué hablamos cuando decimos “bullying”
Por: Psic.Vicky Scarone
Para los niños y para los adolescentes sufrir de abuso y maltrato en el contexto escolar, en su camino a la escuela y de regreso a casa, es una experiencia traumática. La situación es tan grave que los niños se sienten inmersos en situaciones que no saben cómo manejar y que tiene una repercusión en su salud física y psicológica. Dado que no se conoce realmente la magnitud de esta problemática que se presenta en todos los contextos escolares tanto públicos como privados es importante conocer el “bullying” en cada aspecto para ayudar a estos niños y jóvenes a superar esta experiencia que puede tener repercusiones hasta la edad adulta.
La conducta de acoso escolar se presenta a través de un hostigamiento e intimidación de actos de violencia sistemática física, psicológica, verbal, sexual, escrita, etc. por parte de un alumno o grupo de alumnos hacia uno o más compañeros de clase. Es imprescindible reforzar las acciones para erradicar esta práctica, los padres de familia juegan un papel muy importante en la prevención y atención a esta problemática.
¿Qué hago si mi hijo genera “bullying”?
Después que el maestro les ha comunicado el comportamiento de su hijo, lo primero es aceptar el hecho, establecer comunicación con él y preguntarle el porqué de su comportamiento violento, ya que puede haber muchas causas. El niño puede tener actitudes agresivas como una forma de expresar su sentir, una familia poco afectiva, ausencia de algún padre, puede haber violencia intrafamiliar, un proceso de divorcio, o un niño al que se le permite todo y no se le pone límites claros. Se debe hablar de manera pacífica sin alterarse pero dejando claro cuáles serán las consecuencias. Si repite la violencia, es importante ponerse de acuerdo con el maestro para resolver la situación.
La forma en que la familia maneje un hecho así puede debilitarla o fortalecerla dependerá de los recursos internos con que cuenten para resolver los problemas. Las interacciones cooperativas entre padres e hijos son un pre-requisito para que se produzcan en el niño experiencias de aprendizaje importantes en su contexto familiar y que son relevantes para su adaptación social a otros medios. Hacerse responsable como padre y madre de familia de la conducta de tu hijo sin culpar a la escuela o a los demás, es enseñarle que lo quieren y que el respeto y la tolerancia hacia los demás es un valor de la familia.
¿Cómo actuar si mi hijo sufre “bullying”?
Si su hijo es el que sufre “bullying” lo primero que tienen que hacer es escucharlo sin juzgarlo, y apoyarlo ya que la diferencia la marca la familia, unos padres que realmente se preocupan y actúan pueden ser amortiguadores de los efectos del abuso en su hijo. El “bullying” amenaza y afecta el desarrollo sano de cualquier niño y tiene un impacto negativo en su funcionamiento psicológico.
Lo segundo es ponerse en contacto con el maestro para saber si está enterado de la situación por la que pasa su hijo (hay maestros que no tienen contacto directo con sus alumnos), identificar al niño o niños que están cometiendo el acoso y citar a los padres de familia de esos niños para encontrar una solución. Si no se resuelve a este nivel, ir hacia la dirección de la escuela y en las escuelas públicas presentar un informe en la Asociación Estatal de padres de familia.
Para un niño en edad escolar manejarse apropiadamente dentro del sistema social de sus compañeros representa una de las tareas más importantes que favorece su adaptación y aprendizaje a otras situaciones y tareas posteriores. Las escuelas deben abrir los ojos a la realidad, establecer reglas para evitar el “bullying” ya que en la escuela se repite en gran medida, el modelo de normas y valores imperantes en la sociedad.
Actualmente se está impulsando una iniciativa como proyecto de ley que previene y combate la violencia y el acoso escolar en el Estado de Sonora, ya que los niños y los adolescentes deben tener espacios escolares donde se asegure su derecho a su integridad física y psicológica.
