El Privilegio de Ser Mujer
Lourdes Celaya Guerlach/Altar, Sonora
Dios me dio dos pies para caminar un sendero
Dos manos para trabajar y acariciar,
También me dio dos brazos para abrazar,
Me dio inteligencia para comprender y aceptar.
Me dio la nariz, para aspirar el aroma de la vida,
Me dio una boca, para expresar mis ideas
Y unos labios para besar y transmitir un sentimiento,
Me dio un lugar en el cerebro, donde guardar mis recuerdos.
Me dio ojos para ver y admirar las estrellas
Y reflejar en ellos mi alma.
Me dio oídos para escuchar, palabras dulces y frases sin sentido,
Me dio también un corazón, grande e inmenso para amar.
Me hizo una mujer incansable, a veces apasionada y loca
A veces tierna y sumisa…
Pero con la fuerza arrolladora de un ciclón
Para enfrentar cualquier situación.
Una Mujer capaz de superar obstáculos,
Con defectos ¡Si…! Y muchos..!!
Que pierden importancia ante la dicha de ser Madre.
Me dio también sabiduría, para aceptarme como soy,
Para aprender de cada uno de mis pasos por la vida,
Para equivocarme todos los días y resurgir con el amanecer
Quizá más fuerte o más vulnerable, pero con el privilegio de Ser Mujer.
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