¡HAZTE VISIBLE! No esperes que alguien más lo haga por ti

¿Porqué permitir que te sigan minimizando?

“SOY CAPACITADOR, INSTRUCTOR, ABOGADO, MÉDICO… “  ¿TE SUENA A QUE ESTO LO DIJO UNA MUJER?

Como has de saber, nacimos y nos desarrollamos en un ambiente en el que las reglas del juego ya habían sido impuestas por los que vivieron antes que nosotras.  A saber, se trataba siempre del varón, quien dominaba todas las áreas de la vida pública y privada, a excepción de la doméstica. 

Esto trajo consigo, la sumisión de la Mujer, sin preguntarle si estaba o no de acuerdo con la forma en que vivía. Muchas de ellas aceptando de manera pasiva su “condición de Mujer”; donde sólo debía aceptar que su lugar era el segundo y que sólo servía para tres cosas: Procrear, atender la casa (su espacio) y servirle al esposo. La Mujer no debía tener la capacidad de pensar por sí misma ni siquiera dentro de la familia, mucho menos en áreas de negocios, política y demás.

Nuestras abuelas vivieron la vida como les enseñaron a ellas. Muchas de ellas ubicadas en su papel sólo de madres, que no podían aspirar a estudiar ni realizar las actividades que libremente los hombres disfrutaban; para que además, al llegar a casa, siguieran gozando del servicio de la esposa.  

Mujeres muy valiosas, transmisoras de conocimiento y valores a l@s hij@s y niet@s. Apacibles, calladas; con mucho más qué aportar al mundo si hubiesen realizado sus sueños.

Casi estoy segura de que jamás recibieron un reconocimiento por su noble trabajo de formar verdaderos ciudadanos (que por cierto en ese tiempo sólo los varones eran considerados como tal),  mientras que las niñas nacían con la consigna de crecer y someterse a las decisiones de los hombres, sin un rayito de esperanza de llegar a ser las dueñas de sus propias vidas.   

La mayoría no sabía lo que era la escuela, ni mucho menos emitir su voto para elegir a sus gobernantes; no se les permitía tener ideas y expresarlas.

Ellas, sólo representaban para ellos: “creaturas de cabello largo e ideas cortas”.  Sin embargo alguna que otra en distintas partes del mundo fueron despertando su yo interno, ¡Ese que clamaba en silencio por su libertad..!

Esas valientes Mujeres sembraron la semilla de la libertad a través de adquirir conocimientos. A escondidas leían, se preparaban para defenderse del opresor de sus sueños.  Mujeres como Marie Curie, entre muchas otras muy valiosas.

Inspiradas en ellas, cada día habemos más Mujeres conscientes de que el estudio es la única forma de salir de donde estamos ahora; que sólo la Mujer que aprende, que adquiere conocimiento, puede defenderse de lo que le daña.   Pero también debemos saber que tenemos el poder de cambiar las cosas; que ya no estamos para seguir sujetas a los viejos patrones establecidos por varones desde hace muchísimo tiempo. Que somos más del 50% de la población y por lo tanto, tenemos el derecho de decidir cómo queremos vivir. 

En este caso el lenguaje también juega un papel muy importante para soltarnos de esa opresión que nos asfixia.  Debemos aprender a cambiar nuestras palabras, por otras que nos incluyan como género, en un mundo que aún nos quiere obligar a mantenernos ocultas, detrás de títulos y palabras que sólo representan al hombre.

Usemos palabras inclusivas

Donde se nos mencione, para diferenciarnos de ellos, para hacernos cada día más Visibles y defender de manera inteligente el espacio que Dios nos dio y que estamos a punto de recuperar.  ¡Unamos esfuerzos y voluntades para lograr un mundo más justo qué heredarles a las que vienen detrás de nosotras!

Si trabajas, mereces que tu título sea escrito en femenino . No eres director, eres directora. No eres ingeniero, eres ingeniera. No eres médico cirujano, eres médica cirujana, y así, cada día debemos ir construyendo un lenguaje diferente; incluyente, para que jamás nos vuelvan a robar el lugar que por ley divina nos pertenece.