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Sexualidad y lactancia: el sexo es diferente en las mujeres que amamantan

Fuente: www.tumaternidad.com

Después del nacimiento del bebé, las parejas notan que en la relación se presentan algunos cambios debido a los nuevos roles y las ocupaciones. Nada vuelve a ser igual, y esto hay qué saber afrontarlo para que no tenga un efecto negativo en la relación.

La mayoría de las mujeres suelen necesitar sentir la afectividad y compañía de sus parejas. Tras el parto, el cuerpo de la mujer empieza a cambiar para regresar al estado en el que estaba antes del embarazo y según la madre amante o no, esto implica algunas  diferencias en lo que será su vida sexual.

El amamantamiento es la opción ideal para alimentar al bebé, ya que la leche materna contiene todos los nutrientes necesarios para alimentar bien al recién nacido de manera exclusiva durante los primeros seis meses, y aunque la lactancia trae muchos otros beneficios, algunas mujeres optan por no aplicarla o no pueden hacerlo por contraindicación médica. La sexualidad de la mujer puede verse afectada según amamante o no al bebé.

Cuando la mujer no amamanta, el ciclo menstrual suele aparecer de nuevo rápidamente, al igual que la actividad coital. Así mismo el interés sexual no demora en volver a aparecer, pero algunas mujeres pueden necesitar más tiempo para retomar su vida sexual dependiendo de cómo se encuentren desde el punto de vista psicológico, social y emocional.

En la mujer que lacta, se libera una hormona llamada prolactina, la cual se encarga de inhibir el deseo sexual e incluso puede llegar a provocar que las relaciones sexuales puedan ser molestas o dolorosas para la nueva madre, y para completar la producción de  estrógenos disminuye. Esto es un mecanismo de la naturaleza que pretende que la mujer se dedique de lleno a cuidar del recién nacido y que busca además evitar que se presente un nuevo embarazo durante la etapa de amamantamiento.

La lactancia también puede resultar placentera para muchos hombres, quienes disfrutan la apariencia de los pechos de sus mujeres o del sabor de la leche materna el momento de la intimidad.

En muchos casos las nuevas madres se rehúsan a mantener relaciones sexuales, no queriendo decir con esto que ya no quieran a sus parejas, lo que pasa es que una mujer que ha estado todo el día o mucho tiempo cuidando de su bebé, y amantándolo, lo que menos se le pasa por la mente es recibir  o dar demostraciones de cariño, centrándose principalmente en buscar un descanso o momento de relajación en cuanto se pueda. Es común que los hombres interpreten mal esta situación y hasta sientan celos del recién nacido que se ha convertido en el centro de atención. En este momento la comunicación y la paciencia juegan un papel clave en la relación de la pareja, los conyugues deben ser conscientes de que esto es pasajero y con el tiempo la libido de la mujer volverá a medida que va desapareciendo la prolactina. Recurrir a juegos sexuales, caricias y actividades que no involucren necesariamente el coito puede resultar más placentero para ambos.

Ten paciencia que todo es pasajero y pronto la sexualidad volverá a la normalidad.

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