Y DIOS... ¿QUÉ OPINA DEL AMOR?

Una muy buena pregunta: ¿Qué opina Dios acerca del AMOR…?

Por: Karina Trujillo+/Por Ser Mujer

Al tratarse de un tema tan abstracto y complejo, es difícil establecer una definición precisa del amor. Sin embargo, puede ser considerado como “un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres con la capacidad de desarrollar inteligencia emocional” NO es un sentimiento ni una pasión, Es un acto voluntario, desinteresado, que siempre busca agradar al “objeto” de tal afecto. Existen según la palabra de Dios, 3 tipos de a mor; el amor ágape, el amor eros y el amor filio-

1.- El amor ágape: Esta es la definición del amor más sublime: Es la acción y decisión de Dios de amar a la humanidad; darle ejemplo a la humanidad de cómo debemos amarnos unos a otros. Descrita en 1 Corintios. 13. Este tipo de amor es uno que se base en los beneficios para el objeto de tu amor. No es egocéntrico, sino se concentra en sacrificio personal para el beneficio y bien del otro. Dios sacrificó a Su Hijo por que nos amó (Juan 3:16).

2.- El amor eros: Es el amor entre un hombre y una mujer, demostrado en el aspecto físico. Con caricias y actos para satisfacer la necesidad de la pareja. Dios lo ilustra de una bella manera en el Libro del Cantar de los Cantares, que es un poema total al amor Eros. Cuando leemos el cortejo de la Sulamita y su amado. La relación entre esposos.

3.- el amor filio: Es algo relacionado con el amor ágape, pero es de persona a persona, mientras el amor ágape es de Dios hacia la humanidad, es el amor entre amigos, el que se da entre compañeros, entre hermanos, entre familiares, en el cual se demuestra a la persona cuanto se le aprecia, se le valora y se le cuida. Dios en la escritura nos enseña: a amarnos: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” Juan 15, 9-17”

No nos dejemos llevar por la mercadotecnia, destinando solo un día para demostrarnos el amor, sino que cada día sea una oportunidad para amarnos y demostrar el amor hacia nuestros congéneres. Pues Dios nos ama diariamente, con ese amor eterno que solo él sabe dar, pero que nos invita a practicar cada día.