“Cuando no puedas más, cuando estés a punto de rendirte, cuando sientas que nada tiene solución y que las fuerzas te abandonan, te acerques a Él, creas que tiene poder y te rindas a sus pies”
Por: Karina Trujillo R. / Revista Por Ser Mujer karola67@msn.com
Tan sólo leer la palabra cáncer, nos causa calosfríos, pues es una de las enfermedades más devastadoras que azotan a la humanidad desde hace mucho tiempo, y su aparición se ha incrementado en los últimos años de una manera sorprendente. Antes se escuchaba decir que sólo la padecían las personas mayores y uno que otro desafortunado niño o joven, y las mujeres con el tan conocido cáncer de mama; pero hoy esta feroz patología no hace diferencias de edad, sexo, posición social o económica, y está terminando con la vida de muchas personas. Científicos llevan años buscando la cura para tal azote, logrando avances para combatirla y teniendo éxito en algunos de los casos. La gente busca desesperadamente en la ciencia el alivio para su mal, cosa que no es de criticarse, pero desgraciadamente dichos métodos tienen un alto costo y por lo tanto no están al alcance de ellos. ¿A qué se debe que enfermemos? Una de las causas es nuestra herencia pecaminosa, responsable de las enfermedades que sufrimos. A este respecto, Jesús mismo mostró que hay una relación directa entre la enfermedad y el pecado, pues al sanar a un paralítico, le dijo: “Tus pecados te son perdonados” (Mateo 9:2-7). El hombre iba buscando la salud física, misma que recibió al momento de que sus pecados se declararon perdonados, ¿curioso verdad? Muchas enfermedades provienen de la falta de perdón, del odio, del rechazo, de la depresión, es bien comprobado que cuando una persona sabe que tiene cáncer, entra en depresión y esto ayuda a que las células malignas se desarrollen más rápidamente, por el contrario, se ha comprobado también que una persona enferma, sea cáncer u otro padecimiento, si tiene una actitud positiva, si hace oración y cree que ésta es escuchada, sana más rápidamente, su cuerpo empieza a producir células sanas. Más aún, si la FE de esa persona es inquebrantable, puede suceder un milagro en lo espiritual y ser sanada totalmente. , HEBREOS 11:6 ”Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le ahí, y que es galardonador de los que le buscan” Para apoyar lo anterior, citaré el caso de una mujer en la Biblia quien padecía desde años atrás de flujo de sangre, (MARCOS 5:24-34) había gastado todo lo que tenía en médicos y no sanaba, un día escuchó hablar de Jesús de Nazaret, quien pasaba por las aldeas y sanaba a los enfermos, entre otros milagros que hacía; así que puso en acción su fe, como pudo llegó hasta donde estaba El, pero la multitud no la dejaba llegar hasta Jesús y decirle de su enfermedad; sin embargo era tanta su necesidad que ella CREYÓ que con sólo tocar el borde de las vestiduras de él, ella sería sana, y así sucedió. Es porque la FE, cuando va acompañada de iniciativa y convicción es una de las mejores armas contra cualquier enfermedad, desgraciadamente a veces cuando ya no nos queda nada por probar, es cuando buscamos a Dios para que nos escuche. La respuesta del Señor Jesús fue la siguiente: “Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.”Como creyente en Jesucristo diré qué opina Dios sobre el tema: que cuando no puedas más, cuando estés a punto de rendirte, cuando sientas que nada tiene solución y que las fuerzas te abandonan, te acerques a Él, creas que tiene poder y te rindas a sus pies. Jesús al morir crucificado llevó todas nuestras enfermedades y dolencias, tal como lo cita la Biblia en el libro del profeta ISAIAS 53:4 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 53:5 Mas ÉL (JESÚS) herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” ACÉRCATE CONFIADAMENTE A DIOS, ÉL NO TE DEFRAUDARÁ JAMÁS.
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