Fuente: http://www.glamour.mx
Sí, sabemos que probablemente mueras por broncearte bajo el sol para lucir una piel dorada o tomar una siesta bajo sus rayos, en la playa. ¡Pero ten cuidado!
Exponerse al sol sin protección ocasiona muchos daños en la piel, ¡conócelos!
1. Cáncer de piel
Los dos tipos más comunes actualmente son:
a) Queratosis.
Es el primer paso en el desarrollo del cáncer cutáneo. Comienza como una lesión dura y áspera que aparece en las zonas más expuestas, ya sean la cara, las manos, los hombros y hasta en el cuero cabelludo.
Afecta principalmente a personas blancas, pero la incidencia es mayor en hombres debido a su poca o nula protección facial.
b) Melanoma.
Se origina en las células que le dan pigmento a la piel. Es menos común, pero más grave, ya que puede extenderse profundamente hacia otros órganos del cuerpo.
Comienza con pequeñas manchas de color rosado, café e incluso blanco, y es curable en sus etapas iniciales.
En estos casos, lo mejor es acudir con un especialista para que te realice un diagnóstico de piel al año.
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2. Acné
Los efectos del sol provocan que tu tez acelere la producción de sebo y la haga más propensa a los granitos.
Una solución es mantener el rostro humectado para que la deshidratación no genere una nueva respuesta en las glándulas sebáceas.
3. Manchas
Suceden a causa de una sobreestimulación de melanina, que se activa con los rayos solares. Su efecto directo en el cutis se representa en forma de lentigos, que son manchas pequeñas, o melasma, manchas grandes, también conocidas como paño.
4. Resequedad y pérdida de luz
La radiación elimina la hidratación natural del rostro, haciéndolo lucir tirante y sin luminosidad.
5. Líneas y arrugas
La luz ultravioleta degrada las fibras de colágeno, las cuales se encargan de darle elasticidad y juventud a la cara.
Una buena rutina de cuidado, acorde con tu edad, será suficiente para disminuir la aparición de arrugas y flacidez.