Feminista de la primera ola, sufragista y política. En Yucatán impulsó y exigió la formación y reconocimiento del primer Consejo Feminista y habló abiertamente de la necesidad de educación sexual para las mujeres.
Siete puntos sobre Elvia Carrillo Puerto, la sufragista yucateca que nació en 1878
1.
Nació en Motul, Yucatán, en 1878. De pequeña asistió a una escuela laica, donde estudió junto con hijos de familias obreras. Años después fue alumna de la poeta Rita Cetina Gutiérrez; una feminista yucateca que durante el siglo XIX promovió la educación laica, y quien haría la primera escuela secundaria para mujeres en ese estado. Además de dedicarse a la vida política, fue maestra y poeta. Asimismo, presidió la liga que llevó el nombre de su maestra: la Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez.
2.
Promovió y defendió el voto para las mujeres, demanda que fue ignorada por sus compañeros socialistas. De hecho, fue hasta 1953 que en México las mujeres tuvieron derecho al voto ya que, durante el sexenio de Ruiz Cortines, se modificó el artículo 34 de la Constitución para otorgar la igualdad de derechos políticos. Es decir que, cuando nuestras abuelas eran jóvenes, aún no podían ser parte de la “gran fiesta de la democracia”.
3.
Pese a las restricciones en la legislación federal, en 1923 Elvia fue la primera diputada electa en el Congreso Estatal de Yucatán. Fue postulada por el Partido Socialista del Sureste —previamente llamado Partido Socialista Obrero de Yucatán—, mismo que ella integró desde su fundación. Pudo ser diputada gracias a una reforma realizada por su hermano, el entonces gobernador Felipe Carrillo Puerto.
4.
Estaba a favor del control de la natalidad, de la libertad sexual, del divorcio y en contra de lo que consideraba la opresión por parte de la iglesia. También promovió la alfabetización de las mujeres.
5.
En 1912 organizó la Liga Feminista Campesina, la cual tenía como temas a tratar la propiedad de la tierra, las jornadas de trabajo de 8 horas y las condiciones de trabajo dignas.
6.
Participó en la “primera chispa de la revolución mexicana”. En 1910 fue parte de la rebelión de Valladolid —tras el Plan de Dzelkoop— en contra de Enrique Muñoz Aristegui —el gobernador yucateco— y Olegario Molina. Este último fue gobernador de ese mismo estado en dos ocasiones, secretario porfirista y empresario. En palabras de John Kenneth Turner, él era el “principal entre los reyes del henequén de Yucatán”.
7.
En 1924 su hermano Felipe (1874-1924), siendo gobernador de Yucatán, fue asesinado por militares. Tiempo después, y ante el clima de inseguridad local, decidió mudarse a la Ciudad de México. Una vez establecida en la capital, continuó con su trabajo a favor de los derechos de las mujeres.
A Elvia la apodaron La monja roja del Mayab, por su trabajo intenso en favor de los derechos de las mujeres. Toda su vida la dedicó a lograr el sufragio femenino, la libertad sexual, el divorcio y el control de la natalidad..
Ella, junto a Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero, fue una de las primeras mujeres electas por voto popular en el país y se convirtieron en diputadas del Congreso de Yucatán.
Si regresamos a la situación actual de nuestro país, llama la atención que el escenario del segundo debate presidencial de 2018 era un club de Toby. A excepción de la moderadora Yuriria Sierra, el resto de los protagonistas eran hombres, incluido su compañero, el periodista León Krauze. Sin embargo, el nombre de una mujer sí fue mencionado (Margarita Zavala) , pero no para causar una buena impresión. El candidato Meade decidió traer a colación el nombre de Nestora Delgado, para acusarla de ser una secuestradora y, así, poder atacar a AMLO.
Aprovecho estas líneas para recordar que en nuestro país las personas más vulnerables, como las mujeres que se organizan para defenderse, son criminalizadas con calumnias por un sistema de justicia corrupto, ineficiente y arbitrario. En este sentido, no está de más mencionar que Nestora fue exonerada después de tres años de injusto encarcelamiento. La Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Seattle llevó el caso de Salgado al Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU, en Ginebra. El panel calificó el arresto del que fue víctima como arbitrario y señaló que México, además de liberarla, tenía que compensarla por la violación de sus derechos.