Los cambios constantes y frecuentes a los que estamos sujetos en la actualidad, se dan a una velocidad tan rápida que para la mayoría de nosotros, esos cambios son casi imperceptibles, al grado que de manera inconsciente nos acostumbramos a esas transformaciones permanentes a los que estamos sujetos y, hemos perdido la capacidad de asombro.

Como afirma Peter Senge en su libro la quinta disciplina somos sujetos de la parábola de rana hervida, pues estamos atrapados en tantos cambios que terminamos perdiéndolos de vista, Senge nos dice, que imaginemos que tomamos con cuidado a una rana y la depositamos en una cubeta de agua hirviendo y la soltamos, la reacción inmediata de la rana será salir a cualquier precio de esa cubeta. Pero si en contrario la depositamos con cuidado en la cubeta con el agua a temperatura ambiente, la rana no ofrecerá resistencia y empezará a nadar, acto seguido prendemos la hornilla de la estufa, la temperatura del agua subirá lenta y constantemente hasta que llega a ebullición, como la rana se fue acostumbrando a la temperatura del agua, no presentó resistencia y sin darse cuenta terminó deshuesada en medio del agua hirviendo.

El anterior ejemplo ilustra como los cambios constantes a los que estamos sujetos en esta nueva época que vivimos, nos han hecho perder la noción de lo que es bueno o malo, lo que debe de cambiar y de lo que debe permanecer, hoy en día se ha puesto de moda la tolerancia y la defensa de los derechos humanos de las minorías, también los valores de esta sociedad han cambiado, pues lo que antes era bueno ahora esta pasado de moda y lo en antaño era malo ahora es lo adecuado.

En esta sociedad posmoderna de la tolerancia en la que vivimos, como en la parábola de la rana hervida, no nos hemos dado cuenta, que nuestra comunidad no tiene ideales fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el mal, pues vivimos en un relativismo galopante, en una sociedad permisiva, donde impera el menor esfuerzo con el mayor placer posible, y donde además el consumo y el poseer es lo que dicta el éxito de las personas.

Algunos estudiosos le han dado seguimiento a las causales de esta metamorfosis que sufre nuestra sociedad, del porque este cambio en la forma de pensar y de concebir las cosas, y le han dado un nombre, es una técnica que permite cambiar la actitud popular de conceptos considerados totalmente inaceptables, volviéndolos con el tiempo aceptables y hasta agradables.

Esta técnica es conocida como “la ventana Overton” en honor a su creador Joseph P. Overton, ex vicepresidente del Centro Mackinac de política públicas, consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir un cambio radical sobre determinados temas y, que consta de cinco etapas;

Primera etapa: de los impensable a lo radical.
Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable.
Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato.
Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular.
Quinta etapa: de lo popular a lo político.

Evgueni Gorzhaltsán, fue uno de los primeros en explicar este tema y plantea, cómo quienes se enfrentan a la ventana de Overton sufren cambios radicales en su manera de pensar sobre determinados temas, no se trata de un lavado de cerebro, sino de una exposición a la racionalidad y a la tolerancia de algo que en principio es inaceptable, para que luego de un proceso determinado, termine siendo totalmente aceptado.

Gorzhaltsán escribe un artículo, donde explica cómo funciona la ventana de Overton, pone un ejemplo estrambótico, donde plantea cómo convertir en aceptable la idea de legalizar la práctica del canibalismo, por principio para todos esa actividad se considera repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública.

Primera etapa; de lo impensable a lo radical, el canibalismo es una práctica rechazada por todos actualmente y su legalización es inaceptable. Para cambiar esa percepción, un grupo de personas se amparan so-pretexto de la libertad de acción y de expresión, argumentando razones antropológicas y culturales, y dan ejemplos de cómo en algunas comunidades es algo normal eso, empiezan a reunir declaraciones “autorizadas” sobre el canibalismo, garantizando con esto la transición de la actitud negativa e intransigente de la sociedad ante este tema, a una actitud más positiva o cuando menos neutral al respecto.

Simultáneamente, un grupo radical de supuestos caníbales reclaman sus derechos por sus gustos e inclinaciones, aunque exista solo en internet (de manera virtual), esto llama la atención de la prensa, quienes les dan difusión porque es noticia y novedad, eso sube de nivel el tema de impensable a que se pueda discutir, el tema tabú se empieza a desvanecer.

Segunda etapa; de lo radical a lo aceptable, se buscan fundamentos científicos que demuestren que en el canibalismo no hay ningún peligro desde el punto de vista científico, y que además “yo puedo hacer con mi cuerpo lo que me plazca”, pues es mi derecho, a partir de aquí quien se oponga o critique el tema es de mente estrecha, es fanático que no abre su mente a cosas nuevas.

En este momento hay que condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el propio fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su denominación, separar la palabra de su significado. Así, el canibalismo se convierte en ‘antropofagia’, y posteriormente en ‘antropofilia’. Simultáneamente se crea un precedente de referencia, histórico, mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la antropofilia en principio puede ser legalizada.

Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato, aquí es importante promover ideas como “el deseo de comer personas está genéticamente justificado», «a veces una persona tiene que recurrir a eso, si se dan circunstancias apremiantes» o «un hombre libre tiene el derecho de decidir qué come». Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras, y que eso era normal, lo anterior para bajarle la presión dela gente que no está de acuerdo con el tema, que siempre serán tratados como intolerantes e irracionales.

Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular, aquí los medios de comunicación con la ayuda de personas conocidas y políticos que por cierto siempre quieren quedar bien con todos, ya hablan abiertamente de la antropofilia, aquí este vocablo empieza a aparecer en películas, en letras de canciones populares y videos, se empiezan a contar historias ciertas o inventadas de personajes históricos que practicaban la antropofilia y se busca darle un toque humano y sentimental a esta actividad.

Quinta etapa: de lo popular a lo político, en este momento ya la presión es tanta en los medios de comunicación y las redes sociales ahora, que se empiezan a preparar iniciativas de ley que legalicen el fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y publican encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la legalización del canibalismo en la sociedad, ahora en la conciencia pública se establece un nuevo dogma: «La prohibición de comer personas está prohibida», es decir está permitido.

Durante la última etapa del ‘movimiento de las ventanas’ de Overton de lo popular a lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de la existencia humana se han alterado o han sido destruidas con la adopción de las nuevas leyes.

Como podemos ver, la ventana de Overton tiene un sin número de aplicaciones, para lograr el cambio de paradigmas en temas impensables, como la legalización del aborto, que pasando por los derechos de un bebe indefenso se imponen los derechos de quien si se puede defender sobre el que no puede, la legalización de la mariguana con fines “recreativos”, o el tema de la familia que siendo la base de la sociedad, ahora está expuesta a la discusión de rebajarla y compararla a un simple contrato de convivencia como pretenden los promotores de la agenda lésbico-gay.

Ciertamente que todos los seres humanos tenemos derechos, por el solo hecho de ser personas humanas, pero mi derecho, así como el derecho de los demás termina donde inicia el derecho de mi próximo y, no puedo alegar que mi derecho sea más fuerte o pase por encima de los demás, mucho menos de instituciones tan fuertes y representativas como el de la familia.

Cuando nos preguntamos porque este mundo nuestro ahora esta vuelto de cabeza, porque los valores ahora están devaluados, porque los virtudes se han vuelto locas, porque suceden las cosas que antes eran impensables, la respuesta es clara, de manera inconsciente hemos sido expuestos a la ventana de Overton y, como consecuencia el rumbo se ha extraviado ¿seremos lo suficientemente inteligentes para reaccionar ante este hecho? o ¿nos dejaremos llevar por tanto cambio? y como la rana de la parábola terminaremos hervidos.