Escrito por La Redacción 20 septiembre, 2021
Imagen retomada de ONU Noticias
Ciudad de México. Más de 100 periodistas, entre ellos 20 mujeres que lograron salir o aún residen en Kabul, Afganistán, publicaron una carta en la que llaman a las instituciones internacionales que defienden y promueven los Derechos Humanos, a intervenir en las medidas restrictivas impuestas por los talibanes hacia esta profesión, las cuales ponen en riesgo su vida y la de sus familias, seguridad económica, y transgreden sus DH.
En la carta titulada “El periodismo afgano está en peligro de extinción”, explicaron que los talibanes han tenido injerencia de distintas formas en los medios de comunicación y en la labor de las y los periodistas que imposibilitaron la libertad de expresión y que muchas mujeres afganas continuarán en esta profesión, por ello demandaron a las instituciones internacionales movilizarse con urgencia hacia esta problemática, pues “temen lo peor”.
Por ello exhortaron a plantear compromisos concretos en las negociaciones en curso con los nuevos líderes de Afganistán y que en estas consideren que sólo una séptima parte de las periodistas afganas continúan en su labor, pues a pesar de que los talibanes se comprometieron a respetar sus Derechos Humanos, esto no ha sido así.
En los últimos 10 días, dijeron, los talibanes han amenazado, intimidado, detenido de manera arbitraria y torturado a periodistas en sus coberturas o en las redacciones, además, existe censura en los medios de comunicación. De las 700 mujeres periodistas que estaban activas en Kabul, Afganistán, sólo 100 siguen en labor, de acuerdo con Reporteros sin Fronteras (RSF).
Las y los firmantes solicitaron que se garantice su vida y protección, en especial para las mujeres que desean seguir en el periodismo, recursos para promover que los medios de comunicación sigan en funciones o vuelvan a abrir , que los países occidentales proporcionen apoyo a las y los comunicadores que necesiten ponerse a salvo y que las y los periodistas en exilio reciban asistencia para que puedan desempeñar su labor.
“Necesitamos garantizar la permanencia del periodismo en Afganistán. Esto supone recursos para fomentar el mantenimiento o la reapertura de los medios de comunicación afganos. Es esencial que a nuestras hermanas, así como a todas las trabajadoras de los medios de comunicación, se les permita regresar a sus trabajos y ejercer su profesión con total seguridad”, agregaron.
Por su parte, la organización RSF detalló que las y los periodistas de esta carta prefirieron mantenerse en el anonimato por miedo a represalias de los talibanes contra ellos, pues sólo 10 pudieron salir de Afganistán antes de la fecha de término de evacuación (31 de agosto), el resto mantiene su profesión desde la clandestinidad o en pequeños medios en las provincias de este país.
A pesar de tener miedo, dijo RSF, las y los periodistas anhelan que esta profesión y la libertad de prensa no desaparezca por completo de Afganistán. Este país, añadió, ocupa el puesto 122 entre 180 países en donde ejercer el periodismo es peligroso según la “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021”. En ese mismo año, dos periodistas y tres colaboradores fueron asesinados en este país.
“En este período tan histórico como caótico, la desaparición del periodismo afgano sería una catástrofe. La necesidad de seguridad de los profesionales de la información es crucial para defender el derecho fundamental de todos los ciudadanos afganos a estar debidamente informados, un requisito indispensable si se quiere ver algún día a Afganistán en la senda de una paz duradera. Ayúdanos a hacer que el periodismo afgano sobreviva”, finalizaron las y los firmantes de la carta.
Más retrocesos
Defensoras afganas de la organización “Movement for Change” realizaron una protesta el 19 de octubre en Afganistán para pedir que se permitiera a las niñas asistir a la escuela, luego de que los talibanes ordenaron en un comunicado que sólo los niños podían regresar a las aulas y las mujeres universitarias tendrían un nuevo código de vestimenta obligatorio para acudir a sus facultades.
Cabe recordar que no es la primera vez que las mujeres afganas salen a las calles a protestar sobre las decisiones impuestas por los talibanes hacia ellas y que van en contra de sus Derechos Humanos y de los avances que ellas han ganado en los últimos 20 años, como acceder a la escuela, al trabajo, a salir sin compañía de un hombre, participar en la política, entre otros.
Las manifestantes demandaron que los talibanes cumplan con su compromiso de no regresar a lo ocurrido durante su primer régimen entre 1900 y 2001 en Afganistán, en el cual prohibieron que mujeres y niñas fueran a la escuela, no podían trabajar fuera del hogar ni salir a la calle sin un permiso o en compañía de un hombre. Ante los recientes acontecimientos, las defensoras temen por el futuro de las ciudadanas en este país.
De acuerdo con medios de comunicación internacionales, las universitarias además van a estudiar de forma separada con los hombres. Esta medida fue considerada por defensoras afganas como una intención de excluir a las mujeres de la educación porque las facultades no tienen los recursos necesarios para proporcionar clases sólo para ellas.
Asimismo, dijeron, el nuevo alcalde interino de Kabul, Hamdullah Nohmani dijo que “las mujeres cuyos trabajos no pueden ser realizados por hombres pueden regresar a trabajar en el gobierno capital”, por lo que pidió a las funcionarias que se queden en casa y que no vayan a trabajar a menos que un hombre no tenga las habilidades para desempeñar las mismas acciones que ellas.
También fue clausurado el “Ministerio para Asuntos de la Mujer”, encargado de velar por lo derechos de las mujeres afganas desde 2001 y fue reemplazado por el “Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio”, un organismo para hacer cumplir doctrinas religiosas.
En días pasado, organizaciones internacionales, reportaron que los talibanes asesinaron a un mujer por no usar la burka, dos periodistas fueron suspendidas de sus funciones; y las defensoras son perseguidas y buscadas casa por casa.