La deshidratación es una condición que ocurre cuando el cuerpo pierde más cantidad de líquido del que ha ingerido y, en consecuencia, no puede desempeñar sus funciones normales de forma óptima.
El riesgo de deshidratarse aumenta exponencialmente en verano debido a las altas temperaturas pero también cuando se suda excesivamente al realizar ejercicio físico, por ello conviene estar alerta y mantenerse siempre bien hidratado mediante el consumo suficiente de agua y líquidos saludables.
La deshidratación, como hemos explicado, se produce cuando hay una excesiva pérdida de líquidos del cuerpo, lo cual dificulta o impide que el organismo lleve a cabo sus funciones vitales de manera adecuada. Son varios los factores que pueden causar esta pérdida de líquidos desmesurada y entre los más comunes encontramos la sudoración excesiva, los vómitos, la diarrea, el aumento de la micción (poliuria) y la fiebre.
Es importante saber que, en función de la cantidad de líquido corporal perdida, la deshidratación puede ser leve o grave, y esta última debe ser tratada con urgencia por un médico pues de lo contrario podría llegar a ocasionar incluso la muerte del paciente, daños cerebrales importantes y/o convulsiones.
Se considera que la deshidratación es leve o moderada cuando la pérdida de líquidos supone una pérdida de entre el 5% y 10% del peso corporal del paciente; y sus síntomas son los siguientes:
- Sensación de sed.
- Boca seca y falta de humedad en los labios.
- Fatiga, cansancio, mareos y aturdimiento.
- Sequedad en la piel.
- No orinar mucho y orina de color oscuro, con olor más fuerte e intenso.
- Calambres musculares.
PÍDELA: En la Sección 02-«Bienestar desde el Interior»
Cuando la cantidad de líquidos perdidos supone una pérdida de más del 10% del peso corporal se considera que la deshidratación es grave; y en este caso puede ocasionar signos como:
- Sensación de sed extrema
- Boca, piel y mucosas muy secas.
- Irritabilidad extrema o confusión.
- Mareos o desvanecimiento.
- Falta de micción u orina muy oscura, de color ámbar.
- Ojos hundidos.
- Taquicardia.
- Respiración rápida y acelerada.
- Fiebre.
- Inconsciencia o delirio en los casos más graves.
La deshidratación requiere de un tratamiento inmediato cuando es leve será necesario que el paciente se hidrate bebiendo agua o las soluciones de hidratación oral disponibles en farmacias para casos, sobre todo, de diarreas y vómitos. Además, también es necesario contrarrestar la pérdida de líquidos mediante el consumo de alimentos con un alto contenido de agua como las verduras y las frutas.
Ahora bien, si el paciente pierde la conciencia, presenta fiebre muy alta, ha sufrido una insolación, no puede retener líquidos, tiene una diarrea severa y cualquier de los síntomas de deshidratación grave anteriormente mencionados, requerirá con urgencia la intervención de un médico o profesional de urgencias
