Louise Bourgeois (1911-2010) fue una escultora francesa-norteamericana considerada una de las artistas más importantes del arte contemporáneo, cruzándose con los principales movimientos vanguardistas del siglo XX como el surrealismo, el expresionismo abstracto y el posminimalismo.
Sus esculturas de araña, como la que mostramos en la imagen, hechas en homenaje a su madre que era tejedora (así como la representación de la duplicidad de la naturaleza y la maternidad: la madre es protectora y depredadora al mismo tiempo), se han convertido en su seña de identidad y le han valido el apodo de la «mujer araña».
Precisamente, su obra Araña, según recientes informes publicados, se considera una de las más valoradas en el mundo del arte femenino llegando a adjudicarse su venta por subasta en 10,7 millones de dólares. A pesar de su amplia trayectoria con trabajos abstractos sus obras también se relacionan con la figura humana expresando temas como la traición, la soledad o la ansiedad. Una obra claramente autobiográfica y marcada por un trauma de la infancia causado por la relación de su padre con su niñera
Activa desde principios de la década de 1940, Bourgeois ha sondeado constantemente su propia biografía como tema e inspiración. Trabajando con delicadas esculturas de piedra en espacios públicos y moldes de yeso de manos, Bourgeois explora la memoria, la emoción y la fuerza a través de obras que llegan a los espectadores a nivel visceral.
«Una obra de arte no tiene que explicarse», dice ella. “Si no tienes ningún sentimiento sobre esto, no puedo explicártelo. Si esto no te toca, he fallado ”. El trabajo de Bourgeois desafía a los espectadores a hacer conexiones entre sus propias vidas y las vidas puestas en escena en las instalaciones, dibujos y esculturas públicas del artista.
