La felicidad no es una meta, es un recorrido

Por Alina Trujillo/Directora Por Ser Mujer Tv

Es muy posible que con el paso del tiempo te hayas hecho esta pregunta: ¿Cómo puedo ser feliz? y créeme que much@s nos la hemos planteado algunas veces, pero la felicidad no es un lugar al cual podemos llegar en la vida. Más bien, se trata del estado de ánimo en el cual tod@s deseamos permanecer. Pero te diré algo: Much@s desean lograr este objetivo común, pero poc@s se han planteado alguna vez, el porqué no son felices.. Antes que darte un consejo, permíteme decirte que yo, en lo personal soy feliz, pues enmedio de tantos cambios y experiencias en la vida, he aprendido que ser feliz es una DECISIÓN. Y nada tiene qué ver con tus logros, tu trabajo, tu posición social, tus amig@s, tu familia, ni con cualquier otra cosa que te rodea. Claro que todo lo anterior es complementario para sentirse realizad@ en la vida, pero definitivamente, aún a pesar de tenerlo todo, jamás logramos ser completamente felices. ¿Porqué?

¿Porqué no somos felices?

Hay un vacío en nuestro interior, que sólo el Autor de la Vida puede llenar, y para ello debemos amistarnos con Él. buscando un acercamiento y una intimidad a través de la oración y la lectura de Su Voluntad contenida en la Biblia. Aún así, seguimos arrastrando traumas y rencores del pasado, con los cuales debemos trabajar para acabar con ellos y también es determinante La Actitud que tomamos ante la vida y hacer cosas distintas a las que hacemos regularmente:

Pequeñas cosas que las personas felices hacen diferente

Optimismo: ¿Y si vieras un vaso medio lleno en vez de medio vacío? Diversos estudios prueban que una persona más propensa al optimismo encara la vida con mayor ligereza, mirando hacia las dificultades como oportunidades para crecer y aprender, y no como obstáculos.
Pensar menos: Pensar menos no implica dejar de ser racional. Sólo es pensar menos al mirar a la vida, observar los detalles y pormenores, pero no hacer todas las ligaciones posibles e imaginarias entre ellas; perdiendo tiempo, determinación y ganas de hacer cualquier cosa. Pensar en lo que da felicidad y placer. Analiza las situaciones, pero no pierdas todo tu tiempo pensando.
Gratitud: ¿Cuántas veces nos paramos a pensar en agradecer lo que tenemos en nuestra vida? Pocas, ¿verdad?. Bastan 5 minutos al día para pensar, sentir y agradecer lo que es bueno y nosotros tenemos, y que nuestra sonrisa se dibuje en la cara.
Gentileza: Ayudar a alguien de forma desinteresada, sólo porque sí, es una manera de sentirnos extraordinariamente bien. Y, ¿Por qué? Porque practicar actos de simpatía además de liberar serotonina (sustancia liberada por el cerebro con efectos benéficos para la salud), nos hace sentir bien no sólo con nosotr@s mism@s, si no también con l@s de nuestro alrededor.
Dar valor a l@s amig@s: Envía un mensaje de buenos días o buenas noches a personas queridas y te sentirás mejor. Vas a hacer que la persona que lo recibe sonría y tu relación con ella se fortalezca. El ser humano es un ser social, al que le gusta sentirse parte de una comunidad. Júntate más veces con tus amig@s y muéstrales el valor que ell@s tienen (y siéntete más feliz).
Objetivos definidos: Cuando establecemos objetivos para nuestra vida, sean a largo o corto plazo, y nos comprometemos con ellos, no tenemos otra solución que no sea hacer todo lo posible para cumplirlos. Además de hacernos sentir que tenemos un propósito de vida, sentiremos la felicidad y bienestar que se siente al lograrlos.

En conclusión: La felicidad no es una meta a la cual llegar, es más bien un maravilloso recorrido lleno de gozo, paz y deleite en hacer las cosas que hacen bien a otr@s, así como a nosotr@s mism@s.