La realidad sobre la guerra híbrida actual

Análisis escrito por Dr. Joseph MercolaDatos comprobados13 de Marzo, 2022

HISTORIA EN BREVE

• En una entrevista con Joe Rogan, Maajid Nawaz, quien fue miembro de un grupo revolucionario islamista y que después se convirtió en activista contra el extremismo, analiza cómo se crea un consenso en torno a cosas que no son ciertas
• Nawaz cree que estamos atravesando una guerra híbrida en la que la información es el arma principal
• El relativismo, que sostiene la idea de que la verdad es relativa y subjetiva, implica un riesgo muy grande debido a lo siguiente: si la verdad no es objetiva, la realidad tampoco lo es y, cuando esto sucede, la persona que tenga el poder podría imponer la realidad. Todo esto conduce al autoritarismo
• Las autoridades gubernamentales han cambiado las reglas del juego en repetidas ocasiones y han manipulado lo que recordamos sobre sus promesas; todo esto con el objetivo de desorientarnos y confundirnos hasta el punto de que no tengamos la fuerza para cuestionarlas
• De igual forma, se implementará otro mecanismo de control: las monedas digitales del banco central (CBDC, por sus siglas en inglés). Se trata de efectivo digital que se puede programar para gastarse solo en bienes o servicios que un empleador o un gobierno apruebe o considere adecuados

Joe Rogan entrevistó a Maajid Nawaz, quien es el autor del libro titulado “Radical”, fue miembro de un grupo revolucionario islamista y después se convirtió en activista contra el extremismo.

La experiencia que vivió Nawaz cuando fue parte del reclutamiento de extremistas para infiltrarse y derrocar a los gobiernos occidentales, lo ayudó a reconocer con mayor claridad los juegos mentales y psicológicos que se aplicaron a los civiles durante la pandemia de COVID. Después de esa experiencia, se podría decir que pasó gran parte de su vida oponiéndose a «que se creara un consenso en torno a algo que no es cierto».

De acuerdo con Nawaz, estamos atravesando una “guerra híbrida” que, en esencia, es una guerra de información, ya que esta es su arma principal y la victoria es de aquel cuya narrativa logre definir la realidad.

Él explica que el primer paso a seguir cuando se reclutan extremistas para una causa es desarmar y acabar con la perspectiva que tienen del mundo. Una vez que se consigue, es posible adoctrinarlos con la perspectiva propia.

Por supuesto, las empresas de tecnología desempeñan un rol crucial en esta guerra, ya que cuentan con la tecnología y los algoritmos suficientes para influir, manipular y moldear las mentes de las personas al decidir a qué narrativas tienen acceso. Las redes sociales pueden dar la impresión de que una gran mayoría respalda una postura minoritaria y marginal.

Resulta irónico que, como señala Rogan, muchas de las personas a las que se les está lavando el cerebro defienden a capa y espada el derecho de estas empresas a moldearlas y manipularlas. Apoyan la censura y que se anule la cultura cuando, al parecer, no comprenden cuánto influye esto en cómo perciben e interpretan la realidad y el mundo en general.

Se está adquiriendo autoridad por medio de los ‘poderes de emergencia’

Una de las causas de la situación actual es que los gobiernos invocaron poderes de emergencia, los cuales suelen volverse permanentes. Y esa es la razón por la que lo hicieron, en primer lugar.

Como explica Nawaz, “el Estado siempre aprovecha las situaciones de emergencia para tomar el poder”. Una vez que consiguen autoridad sobre un área extensa, con el pretexto de que existe una emergencia nacional, la conservan. No hay vuelta atrás. Así fue como Nawaz se percató de que estábamos por entrar a un terreno resbaladizo cuando, en 2020, se utilizó la pandemia de COVID para suspender los derechos humanos.

Ese temor se hizo realidad: en la actualidad, el contrato social que tenemos con el Estado está experimentando un cambio drástico. Antes de la pandemia, ese contrato, según el modus operandi que solía aceptarse, consistía en que todas las personas teníamos derecho a la autonomía corporal. Por ejemplo, nadie tiene la obligación de donar sangre, aunque se trate de una buena acción, incluso si la vida de alguien dependiera de eso.

Nadie puede obligarlo a donar uno de sus riñones solo porque ambos funcionan bien y hay alguien que necesita uno. Tiene derecho a conservar los dos, aunque eso implique que la otra persona pierda la vida debido a la escasa donación de órganos.

Además, si alguien es propenso a una enfermedad debido a alguna afección preexistente, se espera que tome sus propias precauciones. Por mencionar un ejemplo: si una persona tiene alergia al cacahuate, debe asegurarse de no comer nada que lo contenga; y se alienta a los demás a ser considerados con quienes tienen vulnerabilidades como esta y a ayudarlos, mas no se les solicita ni se les exige que lo hagan.

Lo que no hemos hecho nunca, señala Nawaz, es responsabilizar a otros de nuestras comorbilidades y afecciones preexistentes y obligarlos a someterse a una intervención médica, que podría perjudicar su salud o quitarles la vida, para tener una mayor probabilidad de sobrevivir.

Nuestro contrato social sufrió un cambio drástico

Si el Estado nos indica que tenemos que vacunarnos porque es nuestro deber proteger a otras personas, la verdad es que nuestro contrato social ha sufrido un cambio muy serio y drástico.

Tanto es así, afirma Nawaz, que debería llevarse a cabo un serio diálogo público seguido de un mandato democrático. Cosa que no ha sucedido. Ahora, nos dicen que debemos renunciar a nuestra autonomía corporal por el bien común. Y, si nos negamos, corremos el riesgo de que nos saquen del foro público.

A pesar de que esto no se abordó de forma específica en la entrevista, este nuevo contrato social, que surgió durante la crisis por el COVID, forma parte del Gran Reinicio.¹ Klaus Schwab, quien forma parte del Foro Económico Mundial, visualizó este “nuevo contrato social” y lo está implementando en todo el mundo a través de sus líderes. Dicho contrato implica renunciar a nuestros derechos individuales: por ahora, a unos cuantos; más tarde, a todos.

Nawaz señaló que, al final del día, todo se reduce a qué tipo de sociedad y en qué clase de mundo queremos vivir y que «no podemos pasar de la democracia a una sociedad en la que se solicitan documentos para todo… sin consultar a la población sobre esto”. Es necesario «discutir cómo se debe realizar el cambio permanente que sufrirá la estructura de nuestra sociedad a raíz de esto».

El problema principal es que nos piden que confiemos en que el gobierno sabe lo que es mejor para todos y que cada una de sus acciones buscan favorecernos, cuando todos sabemos que el Estado puede tomar decisiones terribles. En la entrevista, Nawaz relata diversos ejemplos en los que los gobiernos mintieron y tomaron medidas que perjudicaron a su población.

Lo mismo sucede en el caso de las grandes farmacéuticas. Nos piden que confiemos en sus productos y en su aptitud para elaborarlos, y aseguran que siempre trabajan para proteger nuestra salud. No obstante, confiar es todo un reto para quienes conocemos los antecedentes penales de algunas de estas compañías farmacéuticas.

Como señaló Nawaz, Pfizer recibió la multa penal más grande de la historia. Aunque tengan un gran número de antecedentes penales, debemos tener fe en ellos y recibir su producto experimental de transferencia de genes. Además, existen datos que sugieren que Pfizer no está siendo transparente respecto a los beneficios y riesgos de su producto, y nos dicen que ignoremos esta información.

Cuando se acaba con la verdad, el poder determina la realidad

Etiquetar a las personas es una de las formas principales en que se cierra el debate. Sin importar si desde un punto de vista objetivo están en lo cierto o no. A pesar de que Nawaz se vacunó en dos ocasiones, le llamaron «antivacunas» por cuestionar el mandato. Asimismo, lo han denominado “extremista antimusulmán” aunque pasó cuatro años en prisión por extremismo musulmán.

“Pero en todo esto, hay un punto más serio”, menciona Nawaz. Durante muchos años, nos hemos acercado al relativismo, que sostiene la idea de que la verdad es relativa, subjetiva y se basa en las experiencias personales. No es necesario que su verdad sea igual a la mía. Usted decide cuál es su verdad y no existe la «realidad».

Cuando no hay una verdad definida, tampoco se puede definir la realidad. Y cuando esto sucede, lo único que importa es el poder… porque se puede usar para definir la realidad. Cuando la razón desaparece del mapa, el poder toma su lugar. ~ Maajid Nawaz

De acuerdo con Nawaz, esto ha tenido repercusiones devastadoras ya que, si la verdad no es objetiva, la realidad tampoco lo es, y esto les da a las autoridades el poder para establecer la realidad; esto se debe a que no hay manera de determinar si las autoridades están mintiendo o no. Todo esto conduce al autoritarismo.

“Cuando se promueve la idea de que la verdad no existe y se cierra el debate que la busca (no que asegure tenerla), todo para respaldar esta idea de que la verdad es relativa… ¿qué es lo que sucede?

Cuando no hay una verdad definida, tampoco se puede definir la realidad. Y cuando esto sucede, lo único que importa es el poder… porque se puede usar para definir la realidad. Cuando la razón desaparece del mapa, el poder toma su lugar y define la realidad para usted, desde arriba”, aseguró Nawaz.

Guerra psicológica

Ahora queda claro por qué la información es el arma más poderosa en esta lucha por el poder y de qué manera se utiliza. Como señala Nawaz, la mayoría de las personas tienen un empleo de tiempo completo y una familia, así que no tienen oportunidad de investigar lo necesario para discernir la verdad.

En lugar de eso, se basan en portavoces confiables de los medios de comunicación que les dan su mejor interpretación de cuál es la verdad y la realidad. El problema es que los medios están vendiendo las narrativas de quienes están intentando obtener más poder. Y, cuando no se cuenta con información veraz, es difícil definir la realidad y, por ende, desafiar al gobierno.

Esta es la razón por la que las autoridades han cambiado las reglas del juego en repetidas ocasiones y han manipulado lo que recordamos sobre sus promesas. Todo esto, con el objetivo de desorientarnos y confundirnos hasta el punto de que no tengamos la fuerza para cuestionarlas. Esta es una guerra psicológica.

La cruda realidad que todos debemos afrontar ahora es que, una vez que nos han privado de nuestros derechos, el gobierno nunca los devuelve de forma voluntaria. La única solución es RECUPERAR nuestros derechos por medio del activismo pacífico.

Próximamente: la guerra financiera

Nawaz y Rogan también hablan sobre cómo esta conspiración global está encaminada a controlar a la población de todo el mundo mediante el uso de monedas digitales del banco central (CBDC, por sus siglas en inglés).

Dicha moneda es efectivo digital que se puede programar para gastarse solo en bienes o servicios que un empleador o un gobierno apruebe o considere adecuados.² En otras palabras, quien emite el dinero tiene la facultad de controlar cómo lo gasta quien lo recibe. En dado caso, el emisor tendría un control casi total sobre su comportamiento.

Nawaz señaló que, si se implementaran las CBDC programables, el gobierno tendría un control absoluto sobre cualquiera que no esté de acuerdo con sus políticas o actividades. Si alguien expresara su desacuerdo, el gobierno solo tendría que restringir el uso de su dinero o cerrar su cuenta bancaria.

Por ejemplo, si el gobierno no quisiera que Nawaz apareciera en el programa de Rogan, podría hacer un clic para reprogramar sus CBDC, de modo que se le impidiera comprar un boleto de avión.

Ahora, los globalistas están haciendo lo posible por implementar una plataforma que les brinde un control absoluto sobre las personas: algo que enlazará cada aspecto de su vida en un solo lugar, como sus expedientes laborales, médicos, financieros, entre otros.

Esa es la causa de la lucha constante por los pasaportes de vacunación, aunque es evidente que son irracionales. ¿Para qué preocuparse por un pasaporte de vacunación cuando la “vacuna” no previene la infección ni el contagio?

Algunos países ya no aceptan dichos pasaportes, sino que han empezado a solicitar identificaciones digitales. Es importante comprender que las identificaciones digitales tienen el mismo propósito que los pasaportes de vacunación, lo que implica que la lucha por la libertad está lejos de terminar, incluso si el gobierno de un país anuncia que no implementará dichos pasaportes. De acuerdo con Nawaz, también está saliendo a la luz la evidencia de que se está implementando un puntaje de crédito digital.

Hay personas infiltradas entre las autoridades de todo el mundo

Nawaz también analiza cómo se han infiltrado los miembros del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en los sistemas gubernamentales de todo el mundo; su plan es implementar el autoritarismo global por medio de las técnicas psicológicas que se resumieron arriba, que son propias de la guerra de información.

Como señaló Nawaz, Schwab ha trabajado en “incorporar al gobierno a las personas que están suscritas a la agenda del Gran Reinicio”, y en su libro de 2020, titulado “COVID-19: The Great Reset”, Schwab declara que la respuesta ante el COVID-19 debería utilizarse para “renovar todos los aspectos de nuestras sociedades y sistemas económicos, desde la educación hasta los contratos sociales y las condiciones laborales”.

El WEF también ha dado a conocer³ su interés por desarrollar un sistema global de identificación digital. Dado lo anterior, lo que podemos esperar es un proceso eterno que se encamina, cada vez más, hacia el autoritarismo. Y ya nos lo dijeron abiertamente, asegura Nawaz. Lo único que hay que hacer es creerles.