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Noti-MujerPor Ser Mamá

3 Problemas comunes de la lactancia materna y cómo superarlos

Es probable que mucho antes de convertirte en madre o durante el embarazo te hayas visualizado con tu bebé en brazos, mirándolo con mucho amor a los ojos y amamantándolo. Tú y él, extremadamente conectados y felices.

 

Publicado Ago 7, 2023

También puedes escuchar estos consejos en este episodio de nuestro podcast ‘MamáDice’:

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lancancia

BbenPhotographer/iStock

1. “Mi bebé se queda dormido mientras lo amamanto».

Es común que tu bebé recién nacido sienta mucho sueño porque se está adaptando a la vida fuera del útero y esto le resulta agotador. Además, es posible que tenga los días y las noches mezclados, lo que hace que duerma mucho durante el día. La revista digital de salud Healthline asegura que, si tu recién nacido ensucia suficientes pañales por día —es decir, de cuatro a seis con orina y de tres a cuatro con popó— y está aumentando de peso a un ritmo saludable, no tiene nada de malo que se quede dormidito en algunas ocasiones que esté tomando el pecho.

Incluso, hasta podría ser una buena señal, pues muchos bebés se quedan dormidos después de comer bien. Por otro lado, hay bebés que vacían el pecho en tan solo unos minutos y se quedan dormidos y satisfechos. Si lo has escuchado succionar y tragar mientras lo amamantas y tus pechos quedan vacíos tras las tomas, no tendrías de qué preocuparte, según Healthline.com. Y claro, si notas que tu bebé simplemente no quiere comer y prefiere dormir todo el tiempo, tal vez debas buscar la opinión e indicaciones de tu pediatra.

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lactancia dolorosa

Andrey Zhuravlev/iStock

2. “Dar el pecho me causa dolor».

Amamantar no debería causar dolor intolerable. Si cuando el bebé succiona o entre las tomas, sientes un dolor que va más allá de una sensibilidad, es importante buscar la causa para atender la situación, según destaca la organización La Liga de la Leche. Según esta entidad especializada en lactancia, algunas causas del dolor pueden ser:

  • Que el cuerpo del bebé no esté bien posicionado con respecto al tuyo, por lo que es importante buscar una posición que les sirva mejor a los dos y no te genere malestar.
  • O también puede ser que el bebé no logra agarrar bien el pecho. Es decir, no toma la areola y solo se prende del pezón. En este caso, lo mejor sería consultar con una puericultora —que es una especialista en temas como la lactancia materna, el desarrollo físico, crecimiento, nutrición y prevención de enfermedades en los recién nacidos. Esta experta podría guiar a la mamá y ayudar a que el bebé logre una buena técnica de agarre.

¿Tienes grietas en los pezones como consecuencia de alguno de los dos escenarios anteriores? ¡Esto es muy doloroso! Lo sabemos. La Liga de la Leche recomienda aplicarse en el pezón leche materna recién extraída para aliviar el malestar. ¿Y sabías que esto también reduce las posibilidades de infección? Esto es porque la leche materna tiene propiedades antibacterianas.

Otra opción es humectar la zona afectada con una pequeña cantidad de pomada de lanolina pura o una compresa de hidrogel. Podrían ayudar a que las grietas aminoren sin que se forme una costra. Si la grieta supura o se endurece, puede ser una señal de infección y debes visitar a tu médico.

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mapodile/iStock

3. “Siento que tengo poca leche y mi bebé se queda con hambre».

La puericultora y doula argentina Belén Corallo habla de este tema en su cuenta de Instagram. «La leche materna siempre es de buena calidad y es la cantidad suficiente que tu bebé necesita», recita Corallo como un mantra. Y explica que cada mamá produce lo que el bebé le pide. La regla es simple: a más demanda —o estímulo— más producción. Por ende, la experta recomienda que, si sientes que tienes poca leche, hay que ofrecerle el pecho más seguido al bebé para que tome o incentivar la producción con un sacaleches.

Y si sientes que tu bebito quiere estar prendido a tu seno todo el tiempo, no es necesariamente porque tenga hambre. Corallo advierte que la succión es una necesidad, tan importante como comer y respirar. Puede ser que el bebito necesite succionar para calmar cólicos, para conciliar el sueño, para regular su temperatura o simplemente para regular emociones.

Como ves, la lactancia materna requiere de estar informadas, acompañadas y apoyadas con mucho amor por parte de la pareja (si la hay) y también por parte del entorno de la madre. Y requiere de mucha paciencia, hacia nosotras mismas y hacia nuestro bebé. ¡Es un trabajo en equipo, y si se logra el objetivo final, valdrá la pena!

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