Image default
AGENDA DE GÉNEROMujer con Propósito

Prioridad de vida #5 – Mi trabajo

Cuando las prioridades están en orden, nuestra vida se ordena.

Por: Dora Ortiz de Olivas Terapeuta Familiar/Conferencista 

Dios creó todas las cosas en orden, puso leyes para funcionar y vio que esto era bueno en gran manera.

El trabajo nos ayuda a atender las necesidades humanas, a lograr sueños, objetivos de vida; es una forma de expresión y de afirmación de la dignidad personal. Enseña al humano a vivir y compartir; desarrollar conciencia cooperativa y a pensar en el equipo y no sólo en sí mismo. Contribuye a la autoestima, satisfacción personal y realización profesional.

Con lo mencionado anteriormente hazte la siguiente pregunta: ¿Realmente tengo un trabajo o, le puedo llamar trabajo a lo que hago ahora?

El trabajo es una bendición.

Desde el inicio de la creación se le dio al primer hombre la instrucción de trabajar, labrar la tierra y comer de sus frutos. Esto le iba ayudar en su autoestima, a compartir, a cooperar con otros (animales, personas).

El Trabajo es un medio de provisión, mas no el único.

 

Dios es nuestro proveedor y ha provisto el trabajo para suplir nuestras necesidades, él es  predecible e impredecible a la vez; es decir, sabemos que va a proveer lo que necesitamos pero lo que no sabemos con certeza es cómo o de qué manera lo hará. Dios se reservó el derecho dentro de su soberanía de proveernos lo que necesitamos. 

Trabajar es bueno en gran manera

Lo que no es bueno es cuando uno hace de su trabajo la prioridad número uno; es decir, es a lo que le dedicas más tiempo. Posiblemente estés pensando: “¡Por supuesto que todos le dedicamos más tiempo al trabajo. Pasamos ocho horas o más al día laborando. No podemos pasar ocho  horas al día rezando!”. Cualquiera que sea su argumento el trabajo ha ocupado el número uno en cuestión de tiempo.

Hemos mencionado anteriormente que nuestra  relación con Dios debe ser nuestra prioridad número uno; es decir estar en relación con él 24/7 (24 horas, 7 días a  la semana); y para ello existen infinidad de maneras para lograrlo. Esto le da orden a nuestra vida y la buena noticia es que si no sabemos cómo comenzar se puede aprender.

Saqué unos datos importantes del «manual del fabricante» como yo le llamo; la Biblia, donde nos afirma la importancia de tomar en serio el tiempo que necesitamos pasar con Dios y quiero compartirlos contigo.

 

 

Lucas uno de los apóstoles del gran maestro Jesús recomienda: “Mantente velando y orando en todo tiempo para que tengas fuerzas”.

Mateo, otro discípulo que fue entrenado por Jesús durante tres años lo afirma: “Velad y orad en todo tiempo para que no entréis en tentación”.

Un asesino de creyentes, transformado y convertido en predicador (el apóstol Pablo), aun después que Jesús partió con su Padre al cielo nos dice: “Orad en todo tiempo”.

Lo anterior no se refiere a pasar todo el día de rodillas; sino que, en cada situación de nuestra vida, en cada dificultad, tristeza o alegría nos comuniquemos con Dios en oración. Dándole la oportunidad de que sea él a quien nosotros acudamos en primer lugar.

Happy young woman with hands clasped praying while sitting at desk in her home office. Professional shot on BMCC RAW with high dynamic range. You can use it e.g. in your commercial video, business, presentation, broadcast video

Existen muchas personas metidas en su trabajo que no tienen tiempo para pensar en otra cosa que no sea eso; no hay tiempo para meter a Dios en la ecuación de sus vidas.

¿A qué le dedicamos más tiempo?

Fue Dios quien te proveyó un trabajo.

Comúnmente nos ocupamos de la provisión y nos olvidamos de el proveedor.

Le pedimos a Dios que nos envíe la provisión. Nos envía trabajo; una fuente de ingresos y cuando estamos trabajando nos quejamos de tanto cansancio y nos fijamos en todo lo malo. Debemos agradecer y disfrutar esa fuente de provisión.

 

Ahí en tu trabajo debes consultar siempre a Dios, tu diseñador para:

Tomar cualquier decisión; para visitar a un cliente; para hacer una compra; para contratar personal; para hablar la verdad por encima de cualquier situación difícil donde te motiven a mentir, etc.

Si eres ama de casa de igual manera. Posiblemente estés afanada con la limpieza, el orden y algunos otros pendientes y no tienes tiempo para consultar a Dios; o bien,  le das las sobras del día; una oración somnolienta.

El trabajo puede provocar un descuido en tu familia aunque trabajes para darles lo mejor, en lo que a lo material se refiere, nunca será suficiente; siempre dirán que quieren un poquito más. No está mal querer tener dinero, pero el propósito de para qué lo quieres, eso es lo que cuenta. ¿En qué lo vas a usar? Todo es de Dios; no es tuyo. Te pedirá cuentas de lo que haces con él.

Las mujeres, ¿Deben trabajar fuera de casa?

No importa dónde trabajes, solo “NO DESCUIDES LO IMPORTANTE POR LO URGENTE”. El sabio Salomón nos pone de ejemplo a una mujer trabajadora desde casa. Atendiendo a su esposo, a su familia y a sus criadas. Una mujer con muchas virtudes y muy  generosa (Proverbios 31/Santa Biblia).

Hoy en día hay mujeres que se vuelven adictas al trabajo, “trabajólicas”. No duermen si no están trabajando duro. Ganan mucho y así mismo se lo gastan. Pero se sienten, según ellas, ¡muy realizadas!. Y los hijos llorando por pasar un tiempo con mamá. Pero ellas dicen: “Hijo, es que estoy trabajando para darte lo mejor. El abrazo, el amor, el tiempo, la buena comunicación, los valores, los principios… no se ganan con dinero. No descuidemos como mujeres el privilegio que Dios nos ha dado de ser esposas; de ser madres. No permitas que el trabajo te robe el tiempo de calidad con Dios y con tu familia. En el trabajo alguien nos puede sustituir pero en la familia NO y tampoco debemos permitirlo. Recuerda que Dios nos pedirá cuentas de lo que Él nos ha confiado. Todo es de Él, nosotros sólo somos sus administradoras.  (I Cron. 29:11, Salmos 24:1-2).

Para reflexionar:

  1. ¿Eres feliz o infeliz con el trabajo que tienes?
  2. ¿Tienes  contentamiento? Pues éste nos enseña que la felicidad no depende de los bienes que una persona posee.
  3. ¿Estás trabajando para enriquecerte? ¿Para pertenecer a algún círculo social? ¿Para aparentar que así eres exitosa?
  4. ¿Honras a Dios en tu trabajo?
  5. ¿Eres una persona con un buen testimonio delante de Dios y de los demás?
  6. ¿Te sientes exitosa? ¿Estás cumpliendo con tu propósito de Vida?
  7. ¿Crees que Dios está orgulloso del rumbo que lleva tu vida, según lo que has puesto en primer lugar?
  8. ¿Tienes en orden correcto tus prioridades? Dios, tú misma, cónyuge/padres, hijos, trabajo?
  9. ¿En qué lugar has puesto tu trabajo?
  10. ¿Honras o, deshonras a tu diseñador con el trabajo que hoy por hoy desempeñas?
  11.  

Recuerda que no eres dueña de nada; todo es de Dios, tú  y yo sólo estamos en esta tierra para administrar todo aquello que se nos ha confiado.

La felicidad no depende de los bienes que posees. Dedícale el tiempo necesario a lo que realmente vale. A tu relación con Dios y a tu familia para que así cuando el dueño, tu diseñador te llame, puedas rendir buenas cuentas. Coloca el trabajo en el lugar correcto y sé muy, muy feliz.

“Cualquier cosa que hagas fuera de la voluntad de quien te diseñó, no tiene sentido si no es para cumplir los propósitos para los cuales fuiste diseñado” 

 


(Dora Ortiz)

Sé que tienes en mente alguna persona a quien le serviría leer este mensaje de esperanza, ¿Me ayudas a compartirlo?

Me encantaría leer tus comentarios sobre este artículo y saber qué impacto ha tenido en tu vida, de esta manera me ayudas a seguir compartiendo contenido de valor.

Escríbeme al WhatsApp +52 662 352 0058. Te leo, Gracias!!

Sígueme en redes sociales como: Enfocando Vidas

Si necesitas ayuda personalizada, estamos para servirte.

Aparta tu cita online al 662 352 00 58

FacebooktwitterrssyoutubemailFacebooktwitterrssyoutubemail

twittermailtwittermail

Artículos Relacionados

Sueños Enterrados – Enemigo del Éxito #9

admin2

Dia de muertos: ¿TRADICIÓN O CEGUERA?

PSM

Y tú.. ¿Eres mujer informada?

PSM